Según su último informe publicado el 21 de diciembre de 2023, Naciones Unidas confirma que toda la población de Gaza (unos 2,2 millones de personas) está “experimentando una crisis o niveles peores de inseguridad alimentaria aguda”. El informe muestra que el 26% de la población (unas 577.000 personas) ha agotado sus reservas de alimentos y su capacidad de supervivencia y se enfrenta a un hambre catastrófica (fase 5 de la CIF) y aguda.

El suministro de ayuda alimentaria directa y de alimentos precocinados en cantidades limitadas a los gazatíes, a pesar de su importancia durante la guerra en curso, que está destruyendo todas las líneas de producción, es una receta para que continúe la anemia generalizada y aumenten las tasas de colapso sanitario de la población palestina de Gaza en general, y no puede sustituir a las redes locales que realmente producen alimentos y apoyan a los agricultores para que desempeñen su papel de producir y servir alimentos sanos a los gazatíes.

En este sentido, muchas organizaciones locales están trabajando para garantizar que parte de la producción de alimentos y las cadenas de suministro sigan siendo locales, a través de las redes de agricultores con las que han trabajado y a las que han apoyado a través de sus comités locales en varias zonas de la Franja de Gaza durante los últimos años, y para aprovechar este papel para ofrecer una oportunidad para la continuidad de esta autosuficiencia en la siguiente fase.